Un ayuntamiento de coral 3. Rémoras, tiburones y desperdicios
MIENTRAS DABA FORMA a esta tercera parte del artículo que
nos ocupa —ya mucho rato atrasada para su publicación— los sucesos relacionados
con lo aquí relatado se desarrollaron de manera vertiginosa orillándome a hacer
de esta, más que una continuación, una especie de apéndice al que he
subdividido en dos.
Como narré en la primera parte, el mismo día (19 de enero) que
el gobierno municipal de Naucalpan aprobaba que Tesorería propusiera un
proyecto para la contratación de un fideicomiso para subvencionar los
accidentes de trabajo, ese mismo día, el sindicato SUTEyM Naucalpan promovió, como
se preveía, un paro de labores de los trabajadores de limpia, en parte detonado,
como sabemos, por la muerte, días después, de uno de ellos a consecuencia de un
“accidente de trabajo” debido a probables “fallas mecánicas”, toda vez que el
suceso ocurrió cuando el chofer de la unidad recolectora resultó atropellado
por la misma cuando se supone revisaba los frenos en una pendiente de la
colonia Álamos.
Ante la emergencia suscitada por el paro de labores, el
gobierno municipal:
1) Lamentó públicamente el fallecimiento del trabajador
—aunque sin dar igual tratamiento con la publicación de esquela, como sí hizo
con personajes de algún modo relacionados con el alcalde Olvera antes y después
del hecho— y asumió los costos económicos (¿y los políticos?).
Camión de basura volcado en Lomas Verdes |
2) A la voz de “no aceptaré chantajes” y argumentando que el
paro era injustificado, reprimiéndolo violentamente, el gobierno de Olvera contrató
personal y ¿rentó! 35 unidades para la recolección de desechos, de los que a
los pocos días solo funcionaban 30 que no se daban a vasto por supuestas fallas
mecánicas. “Supuestas” porque, trabajadores de esas unidades rentadas,
entrevistados por Indicios Metropolitanos, declararon que dichas “fallas” se
habían debido a acciones dirigidas de trabajadores sindicalizados para impedir
o fastidiar las labores de recolección de la basura.
3) De la mano del Partido Acción Nacional, por voz de su
presidente en Naucalpan, Alfredo Oropeza, redirigió las baterías señalando el
mezquino y ruin lucro político que aparentemente el sindicato y su dirigencia
comenzaron a hacer del “desceso” [sic.], al que calificaron de “muerte
imprudencial”.
Sin ponerlo tal cual, con esas palabras, la dirigencia
sindical acusó al gobierno municipal del deceso, haciendo hincapié en que podía
tratarse de un homicidio culposo dada las lamentables condiciones mecánicas de
las unidades de recolección. No iba a ser de sorprender, por lo tanto, que la dirigencia,
en el afán de llegar a las últimas consecuencias en la finalidad de ahogar al
gobierno de Edgar Olvera hubiera efectuado la denuncia penal correspondiente,
pero tal no pasó, quizá porque podía “volteársele el chirrión por el palito”.
Hay quienes, dentro de las páginas de ciertos pasquines que
obedecen a intereses creados, a favor o en contra del gobierno de Naucalpan,
consideraron y aún que Edgar Olvera sigue hundiendo a Naucalpan y continúan
echando sal en las heridas de campaña. El escozor que esto ocasiona a las
pieles sensibles dentro y fuera del gobierno dio, no obstante, pie para que el
enfrentamiento entre “rudos y cursis” fuera por momentos más encarnizado de lo
que podían imaginar los crédulos.
A la misa de cuerpo presente del trabajador muerto
asistieron con “oportuna actitud solidaria”, además de René Palomares Parra,
David Parra Sánchez y Juana Parra. Las reacciones en pro y contra no se
hicieron esperar, caldeando el clima de la opinioncracia en que vivimos
inmersos en medio del estire y afloje del Gobierno de Naucalpan de Juárez de
Edgar Olvera Higuera con el sindicato.
Día con día los memes, llamados diversos a la concordia, los
señalamientos, vituperios de y vuelta en las redes sociales, especialmente en
Facebook ejercieron, a querer o no, presión en los variados públicos
interesados en el tema.
Como para limar asperezas con los empleados de OAPAS, La
Presidenta del DIF Municipal y esposa del alcalde, Liliana Carbajal Méndez, y
el Director del OAPAS, Francisco J. Santos Arreola, entregaron, en una primera
etapa, 36 uniformes de trabajo: pantalón, camisa, playera, chamarra,
impermeable, gorra, zapatos y botas, para 8 operadores de equipos de succión, 8
ayudantes y 2 operadores de maquinaria pesada, anunciando que, en una segunda
etapa, se dotará de uniformes nuevos a los 230 trabajadores del departamento de
Drenaje y Alcantarillado. Pero esto, en vez de acomodar las piezas del ajedrez,
alborotó al gallinero.
Foto: Excelsior |
Curiosamente, poco después, la tarde del domingo 31 de
enero, la base de servicios de limpia en el predio La
Victoria sufrió un incendio que, de acuerdo con el boletín oficial:
[…] afectó un área de 400 metros cuadrados donde se quemó cartón, basura y llantas, además fueron consumidas en su totalidad dos unidades compactadoras con número económico 2841y 2462 del servicio de recolección de basura, así como una camioneta de 3.5 toneladas y una grúa, equipo propuesto para baja (GOBIERNO MUNICIPAL DE NAUCALPAN, 2016).
Tras de lo cual no se hicieron esperar los dimes y diretes,
las suspicacias de ida y vuelta en las redes sociales, al punto que en la noche
de ese día, en entrevista con Grupo
Fórmula, el Secretario General del SUTEyM, René Palomares Parra, negó que
hubiera sido un acto efectuado por los trabajadores sindicalizados y acusó al
gobierno de Edgar Olvera de no estár dando indicios de gobernabilidad (INDICIOS METROPOLITANOS, 2016). Y naucalpenses como
Rodolfo Alfonso Navarrete Bautista en su perfil de Facebook expusieron su
preocupación e inconformidad, propiciando incluso un debate sobre la autonomía
municipal y la intervención del gobierno estatal en conflictos como el
descrito:
El asunto se pone más delicado en Naucalpan, pues se incendiaron algunos camiones de basura en el predio de La Victoria, ¿accidente? No lo creo.
Cuando se juega con fuego alguien se quema, ¿quién gana más con este evento? ¿El Sindicato o el Gobierno?
Lo que sí queda claro es que los Naucalpenses, los ciudadanos de a pie no estamos de acuerdo en que se dé este tipo de violencia en nuestro municipio.Suficiente tenemos con la delincuencia organizada.
Como ciudadano exijo al Gobierno del Estado, al del Municipio y al Sindicato a que hagan a un lado su orgullo y dialoguen para encontrar una solución a estos problemas en beneficio de todos los que aquí vivimos.
Es difícil determinar en qué medida esta presión mediática
orilló a las partes a sentarse a dialogar, pero el orden de los hechos y dichos
lleva a pensar que sí influyó. La presión mediática fue mucha y tal como para
provocar un asomo de entendimiento. Pero algunas de las expresiones ciudadanas
en las redes, a favor de una y otra parte rayaron en la intolerancia. Si por
una parte está bien hacer sentir el rigor del mando, por otra parte no puede
tolerarse la intransigencia ni de unos ni de otros, porque al final del camino
quien termina padeciendo la cerrazón de las partes en esto es nadie más que la
ciudadanía.
La falta de sensibilidad de ambos solo redundó en una
caricatura del poder. Y, si a esas vamos, Olvera podría irse despidiendo de sus
pretensiones por ser reelegido; y la cúpula sindical podría irse despidiendo
del apoyo popular de quienes han experimentado su autocracia.
Durante las campañas electorales escribí:
[…] el candidato a la presidencia municipal de Naucalpan de Juárez, Edgar Olvera, en su alocución mencionó críticamente al cine mexicano, al cual considera uno de los causantes de la imagen distorsionada de los mexicanos, primero como socarrones mendaces, Pepes "El Toro", entre los pobres y los ricos, o más recientemente como los extremos rudo y cursi que se hermanan sin conseguir cerrar el círculo virtuoso del desarrollo que impulse a la nación con todas sus potencialidades.
En dicha pugna ociosa, si no, incluso, ridícula [...] le pregunté [a Olvera] quién de entre él y su opositor Parra era el rudo y cuál el cursi, tomando en cuenta el golpeteo mediático y la campaña negra entre ambos. Me respondió visiblemente desconcertado y molesto por la pregunta. Pero con tino y a despecho de sus simpatizantes y él mismo —que en mítines y toda ocasión oportuna se han dedicado a "echar sal en la herida", sin que le vaya a la zaga David Parra—, dijo: «Yo no pondría ni rudo ni cursi, yo solo hablo del equipo humano y el equipo competente. Aquí no hay buenos ni malos, no hagamos películas de buenos y malos. Aquí estamos seres con defectos y virtudes y talentos, algunos partidos con más, otros con menos. Pero al final del día yo vengo a hacer una convocatoria de ciudadanos de Naucalpan para hacer un proyecto de Naucalpan… ¡No me pongas palabras en mi boca!»
Ya se vio quién es el rudo y quién el cursi en la franca
guerra abierta, más que simple “choque” entre el excandidato a alcalde David
Parra Sánchez contra el presidente municipal Edgar Olvera.
Al más puro estilo calderonista, Olvera colocó en posición
emergente a Francisco Santos Arreola —como en su momento Felipe Calderón a
Javier Lozano Alarcón en el cargo de Secretario del Trabajo— para golpear al
sindicato SUTEyM Naucalpan desde la trinchera más endeble en que se convirtió
OAPAS tras el presunto fraude de 60 millones destapado durante el interinato de
Claudia Oyoque, luego de la aprehensión del exalcalde David Sánchez Guevara. Y
claro que no queda ahí el escarceo, pues Santos Arreola ha solicitado a la
OSFEM auditar al sindicato, para rascarle a la razón de ser de 50 millones de
pesos anuales que recibe y de probables desviaciones.
La dificultad que hoy atraviesan los tomadores de decisiones
en empresas, gobiernos y organizaciones de toda índole como el SUTEyM Naucalpan
es que, independientemente de los arreglos, acuerdos, soluciones a conflictos,
los trasnochados muchas veces no abonan al entendimiento de las partes,
haciendo en las redes aquello de atizar el rescoldo bajo las cenizas.
Si ya se había dado una conciliación entre el sindicato y el
Gobierno de Naucalpan de Juárez, la publicación cíclica entre internautas
trasnochados de mensajes e informaciones post
facto siguen generando inquietud de la mano de los dimes y diretes como el
runrún sobre el “inminente despido de otros 300 eventuales del ayuntamiento”; o
el que algunos eventuales contratados por OAPAS para efectuar un censo de
medidores casa por casa con miras a la actualización y cambio de los mismos
andan difundiendo y de lo que Indicios Metropolitanos tomó nota “a
nivel de piso”: “al comienzo del año se despidieron no nada más eventuales de
OAPAS, sino 1800 eventuales del Ayuntamiento”.
Funcionarios cuestionados por Indicios Metropolitanos
al respecto respondieron negando esos dichos. Mientras, por otra parte,
trabajadores “de confianza” con muchos años laborando en el ayuntamiento han
comentado la ineptitud de varios de estos funcionarios. “Han quedado plazas sin
ocupar”, explicó uno en charla con Indicios Metropolitanos. “Han
despedido a gente sin promover sustitutos o apelar al principio de escalafón
para permitir que trabajadores con experiencia se vean beneficiados con un
ascenso. El gobierno entrante ha preferido contratar gente nueva sin idea en
administración pública e incluso dejar huecos en la estructura de la
organización”.
Acusaciones han ido y venido, así en los pasillos del
ayuntamiento como en las redes sociales, unas execrando de los sindicatos en
general y otras exigiendo no nada más la renuncia del Director de OAPAS,
Francisco Santos Arreola, y del Director de Gobierno, Antonio García Mendoza
“Roñas”, sino también al correspondiente Director General de Servicios Públicos,
Francisco Javier Álvarez Moreno, dado el triste suceso. No es difícil que en la
lista de indeseados siga el Director de Obras Públicas, salido de la
administración de Atizapán, Bulmaro Díaz Valenzuela.
Por un lado, SUTEyM, el instrumento de David Parra, reclama
cabezas que le resultan incómodas y, por otro, llama al gobierno municipal para
sentarse a dialogar “los temas de Naucalpan”. Cree tener la pinza en la mano y
aprieta: en una punta, OAPAS; en otra, Servicios Públicos. La primera pieza
dental a extraer: “El Roñas”. Así, tal vez, se reste fuerza a la mordida que
pretende dar el gobierno de Olvera a los intereses creados con décadas de
anticipación.
¿Es real la incongruencia
que acusan algunos en la forma de gobernar con que ha comenzado su mandato
Edgar Olvera? Es decir, ¿el alcalde dio atole con el dedo, más de lo mismo,
bajo el velo de otro color a sus gobernados? ¿O es producto de la inercia de la
que siempre es difícil zafarse de buenas a primeras y a pesar de intenciones
que, de tan buenas, rayan en la ingenuidad? El conflicto con el sindicato lo
puso a prueba, fue la novatada ¿lo pasó “de panzazo” a título de suficiencia?
¿Cedió? ¿Concedió?
Mi lectura es que al final la cordura se impuso en ambas
partes, si bien falta mucho por hacer. SUTEyM Naucalpan, David Parra Sánchez, y
la administración actual de Naucalpan DEBEN poner las cartas abiertas frente a
todos. La ciudadanía y nadie más tiene el verdadero poder para presionar a unos
y otros.
El alcalde no debe olvidar que fue elegido por una mayoría,
no por su linda cara o un programa de gobierno, hasta ahora, desdibujado, sino
por causa del hartazgo que justo la otra parte ha ocasionado en la gente.
(Continúa en la cuarta y última parte.)
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