Una de en-tuertos
El excandidato priyista a la presidencia municipal de Naucalpan, David Parra Sánchez, líder moral del SUTEyM-Naucalpan, presente en una de las manifestaciones vecinales contra la inseguridad en Av. Lomas Verdes. Foto: Voz Naucalpan |
ERA DE LA OPINIÓN…
de que, así como Don Quijote deshacía entuertos, la razón podía conducir a las
buenas conciencias, pero parece que, al menos en mi municipio, Naucalpan, no
ocurre del todo de esa manera.
Aun cuando el PRI
del Estado de México y en concreto de Naucalpan niega su participación tras las
recientes movilizaciones ciudadanas contra la inseguridad, en reacción a los
señalamientos del alcalde Edgar Olvera Higuera, la evidencia parece
contundente. David Parra Sánchez estuvo presente, al menos en calidad de vecino
naucalpense en alguna de ellas, como se observa en la gráfica compartida por el
portal de “Voz Naucalpan“ —un
blog colega de reciente creación— en Facebook;
¿solo así y con ese interés?
Ya yo, tiempo
atrás, en estos Indicios Metropolitanos, venía haciendo notar que las
manifestaciones más pronto que tarde serían infiltradas por los partidos
políticos con miras a las elecciones del 2017. No lo dije con esas
palabras, pero ahora así tal cual lo pongo.
La habilidad de los
operadores políticos ha “sabido” emplear los ingenuos oficios de una sociedad
(en especial de clase media) sin malicia y medianamente organizada para la
protesta.
Así, encontramos lo
mismo a los desesperados dispuestos al linchamiento, como a los mansos
dispuestos al diálogo, la negociación y el desarrollo de “mesas de trabajo”. En
medio, por supuesto, deambulan los zorros avizores de la oportunidad.
Manifestación tras
manifestación, foro tras foro, la presión social de los naucalpenses, aun
contra lo que parece evidente y registrasn los medios de grandes proporciones o
los más humildes en su alcance y proyección como estos Indicios Metropolitanos va
diluyéndose y canalizándose hacia molinos más productivos en lo político.
Dentro del mismo Facebook no han faltado los grupos y
páginas y perfiles, unos bien intencionados, otros más oportunistas que, a la
luz o mejor dicho bajo la oscuridad del miedo, capitalizan este y el rencor en
su apuesta por conseguir cotos de poder. No estoy diciendo que se trate solo de
un individuo o un grupo concreto que quiere colarse en la administración para
controlar la Dirección de Seguridad de los municipios a sabiendas de que
implica una apatecible entrada de dinero no comprobable, ya por extorsiones, ya
por colusiones, en una palabra, por corrupción. Estoy diciendo que los “buitres”
de la ocasión desde enero empezaron a mover los hilos manipuladores, detectando
primero líderes, identificando casos sensibles y enseguida acomodando con
sutileza las piezas convencionales con la que asegurar adeptos, seguidores,
simpatizantes de causas específicas. El miedo, creen, puede ser el factor
determinante de las elecciones venideras.
El primer ariete
electoral con miras a las elecciones del Estado de México en 2017 lleva
calcomanía de inseguridad y seguro ha estado consiguiendo debilitar la primera
muralla de la conciencia ciudadana. Minado el muro, podrán colarse los que
avancen como moho entre los pasillos administrativos del palacio (no lo digo
solo metafóricamente) exponiendo otras debilidades, por ejemplo: en Servicios
Públicos, Desarrollo Urbano, Obras Públicas, Dirección de Gobierno.
No se trata de
ridiculizar a Edgar Olvera Higuera y a su Gobierno de Naucalpan de Juárez,
aunque es parte de la estrategia de quienes están detrás probablemente —no creo
en casualidades—. Se trata de empedrar el camino del PAN y del PRI-Atlacomulco
y pavimentar el que lleve hacia el gobierno estatal. Ahora cabe la pregunta,
¿aspirará David Parra Sánchez al Gobierno del Estado de México? Si sus
componendas con Eruviel Ávila que llevaron a este al cargo rindieron frutos,
quizá por ahí pueda estarse cocinando algo más. El caballo negro llamado Parra,
sacrificado en la pasada partida de ajedrez por el gobierno municipal, ahora ha
estado cerrando la pinza. Lo que falta es identificar quién es el segundo
caballo negro (en el ajedrez siempre son dos), pues su movimiento podrá ser
decisivo en el avance de las piezas rumbo al 2017.
Hará bien la
ciudadanía, ese “pueblo bueno”, en mantenerse alerta y quizá, obviar y omitir
toda nueva manifestación y protesta para pensar en formas distintas de exigir
sus elementales derechos a la seguridad y una vida digna, sin caer en las
tentaciones y trampas manipuladoras de personajes y grupos, así empresariales
como gremiales, más enfocados en defender sus intereses que el bienestar de la
gente. Porque está visto que, si no es con el soporte de las “fuerzas vivas” de
un sindicato, una asociación empresaria o incluso asociaciones de colonos —unas
más debilitadas que otras por intermedio de las fórmulas de participación
ciudadana (consejos y delegaciones)— difícilmente la gente común, por muy
organizada que esté, no consigue convocar contingentes mayores a 500 o mil
personas, al menos es la experiencia en Naucalpan, con la excepción del velatorio
efectuado en Valle Dorado que provocó caos vial capaz de encender las
alertas, como atestiguó Indicios Metropolitanos.
La ira y el miedo
ciegan y los vecinos de Naucalpan, Estado de México, parecen estar olvidando
que, “en la tierra de los ciegos, el tuerto es rey”.
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