Las claves de la basura
Foto: Milenio |
Mientras por una parte era percibido que la recolección de
basura entre el gobierno saliente y el entrante de Naucalpan había quedado en
el aire; y por otra parte había trascendido que funcionarios del gobierno
saliente habían cargado con las llaves de los camiones recolectores, razón por
la cual el gobierno entrante no había podido cumplir con la recolección en varias
localidades, la administración de Edgar Olvera justificó mediante cacofónico boletín
de prensa:
Desde el primer minuto de esta administración se implementan acciones para dar solución al problema de la falta de recolección de basura y el foco de insalubridad que esto genera en Naucalpan.
En un día se realizaron trabajos en 8 de las 9 delegaciones, se depositaron en el relleno sanitario de Xonacatlán 490 toneladas de desechos, mismas que fueron recolectadas con el mínimo equipo de unidades, toda vez que muchos camiones están inservibles y todo el personal de una delegación se encuentra de vacaciones, por lo que se implementó un programa emergente en la zona de Tecamachalco.
Concedo que, como afirma Edgar Olvera, “el problema de la
recolección y disposición final de la basura, no se resolverá con una aspirina”.
E igualmente acompaño su dicho:
Queremos una solución a largo plazo que pueda resolver un problema que ha existido durante décadas, como lo es tener la basura y los tiraderos a cielo abierto. Haremos las acciones necesarias para cumplir con la recolección de la basura.
En días pasados, hacia el 12 de diciembre, sostuve un
diálogo —que no discusión— con Juana Parra, hermana del excandidato priyista a
presidente municipal, David Parra Sánchez, identificado como “líder moral” del
SUTEyM (Sindicato Único de Trabajadores de los Poderes, Municipios e Instituciones
Descentralizadas del Estado de México) y quien ha “jurado” hacer la vida
imposible al nuevo alcalde panista al que señaló desde la campaña como “inelegible”,
razón por la cual instituyó una asociación con la finalidad de pisarle los
talones.
La charla ocurrió luego de que un vecino y Delegado de Participación
Ciudadana señalara que no había sido recolectada la basura en su localidad.
Juana entonces respondió ipso facto
[corrección de estilo mía]:
Juana Parra y René Palomares Parra, Secretario del SUTEyM Naucalpan. En el sindicato todo queda en familia. Foto: Perfil de Twitter de Juana Parra |
Vecino, la unidad 2624 que corresponde a la delegación de Lomas verdes, me reporta que ya limpiaron la entrada de La Concordia; que en este momento ya ingresaron a las calles del fraccionamiento y que, efectivamente, hay demasiada basura por los festejos de las Lupitas. Pero que, sin problema. Mis compañeros de servicios públicos son profesionales en su trabajo que realizan día con día, no me queda más que agradecer una vez más su reporte. Gracias, sigo al pendiente.
La intervención de otras personas en la plática derivó lo
mismo en las típicas quejas que en el reconocimiento de la labor de los
trabajadores y en la importancia de que los ciudadanos ensuciemos menos y hagamos
más conciencia sobre nuestra responsabilidad ecológica.
Conciencia, junto con el Orden uno de los valores puntales
de la administración de Olvera, viene aquí a cuento desde varias dimensiones:
la educativa, la de prevención, la de transparencia, la de fiscalización y la
de rendición de cuentas.
Desde el punto de vista educativo es necesario que gobiernos
y particulares, lo mismo comerciantes, industriales y ciudadanos comunes,
hagamos consciencia de que la basura somos todos.
Creo que ya va siendo momento —le decía yo a Juana Parra— que
desde el mismo sindicato empiece a presionarse para resolver el cada vez más
creciente problema de la generación de basura, el que no se resolverá nada más
invitando a la población a separar los desperdicios orgánicos de los
inorgánicos, o concesionando nuevos tiraderos, o reclamando más unidades, más nuevas,
mejor mantenimiento para las mismas (como con las patrullas deja qué desear) y
más personal y mejores condiciones de trabajo para los serviciales amigos
recogedores; poniendo botes, bolsitas o pretendiendo arrinconar en esquinas y
callejones contenedores que acaban, por causa de las mismas malas costumbres de
los pobladores en focos de infección.
Es momento que se haga un acuerdo de alto nivel con el
concurso vigilante de la ciudadanía (para evitar corrupciones odiosas) con
organizaciones como el Observatorio Ciudadano, el Órgano de Vinculación
Ciudadana en Temas de Seguridad instituido casi al final de la gestión de
Claudia Oyoque y asociaciones civiles, para propiciar que la basura se
convierta en un medio de generación de energía y por lo tanto de ingresos para
el municipio que está urgido de resolver su pesada deuda de mil doscientos
millones de pesos.
Es momento de unir esfuerzos con los municipios aledaños y
el gobierno del Distrito Federal de Miguel Ángel Mancera, para no acabar
ahogados en los desechos propios y ajenos.
Es momento de pasar de las cómodas simulaciones a las
acciones decididas. La basura no nada más es un tema de salubridad, por serlo
implica también el más amplio de la seguridad, pues ya también la basura “ocasional”
se relaciona con indicios de prácticas delictivas enfocadas en el robo de
identidad, el robo de casa habitación, etcétera.
Tras estas consideraciones, Juana Parra argumentó deslizando
una sutil descalificación:
Hasta la fecha —y de todos es conocido el problema— […] mis compañeros por sus propios medios reparan sus unidades y compran gallitos porque las llantas ya no les sirven. Aunado a eso, ellos consiguen refacciones por su cuenta y también tengo que reconocer que algunos ciudadanos les han apoyado en algún momento.
No es cosa del Sindicato ni de personas, es cosa de quién encabeza las administraciones; porque con todas ha pasado lo mismo.
Yo tengo en el servicio público treinta y seis años, y todas las administraciones quieren llegar a descubrir el hilo negro con servicios públicos.
Es muy fácil hablar, pero no es lo mismo “¡aja, toro!” que disfrutarlo desde la barrera. Sigo al pendiente.
Voy de acuerdo en lo que señala Juana, es muy real y
doloroso. Pero cuando digo que es momento, es porque ya los tiempos lo imponen
y todos, sindicalizados, gobernantes, ciudadanía debemos tomar al toro por los
cuernos y dejar de señalar culpas a diestra y siniestra.
En esto todos somos culpables. NOSOTROS SOMOS LA BASURA y lo
seremos de por vida. Eso es lo que debemos entender literal y metafóricamente.
Mientras sigamos esperando que quien detenta el poder tome decisiones
seguiremos jugando a los abandonados y víctimas de la injusticia; o peor,
siendo cómplices de los intereses creados.
Las decisiones de este tipo nos atañen a todos. Y lo más
increíble (lo sé de buenas fuentes) los mismos líderes pepenadores se han
opuesto por años a hacer de la basura una industria rentable en los términos
que la modernidad requiere, como si se regodearan en la pobreza de muchos de
ellos.
Temas como este son los que ponen a prueba nuestra capacidad
para unirnos. Salvemos, revivifiquemos Naucalpan y más allá de sus fronteras.
Que conste que en esta propuesta y crítica no señalo a un
actor en particular. Debemos ser corresponsables y no escudarnos en membretes,
falsas justificaciones, o la cómoda salida "yo no fui fue Teté...".
En esto, como en otras cosas sobre las que he escrito, “O
todos coludos o todos rabones”.
El gobierno municipal entrante informó en sus primeros días:
Foto: Plana Mayor |
El relleno sanitario de Xonacatlán tiene capacidad para recibir entre 700 y mil toneladas diarias de basura, por lo que es, por el momento, la solución que se tiene para responder a la demanda ciudadana, en tanto que la administración ya trabaja una solución a fondo.
Cabe señalar que el 27 de diciembre de 2015, la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (PROPAEM) clausuró el relleno sanitario de Rincón Verde, que era operado por la empresa Rama´s and Son´s Group Energy S.A. de C.V., debido a que no cumplía con la normatividad ambiental. Por esta razón, se acumuló gran cantidad de basura en espacios públicos, áreas de convivencia y comunidades de la localidad.
Por muchos años, los afanes inmobiliarios para conseguir
terrenos para construir en los alrededores de Naucalpan y en las zonas
despobladas de otros municipios del Estado de México se han impuesto sobre las
necesidades prioritarias de la población mexiquense. Una de esas necesidades
sin duda es la de casas habitación, pero atender esta necesidad a tontas y a
locas, solo para satisfacer aviesos y mezquinos intereses ha sido una de las
causas redundantes para que el Estado de México se haya convertido literalmente
en un basurero no nada más de los desperdicios generados en su territorio, sino
receptor de los provenientes de la hoy oficialmente Ciudad de México.
Sea que se construya hacia arriba (edificios) o se extienda
la mancha urbana formal o informalmente, el problema de la basura como el de la
distribución de agua “potable”, electricidad, telefonía, drenaje y
pavimentación van de la mano. No se necesita ser especialista para comprender
esta verdad de Perogrullo.
Los tiraderos existentes están rebosados o casi. Los incendios
en ellos ocurren con regular frecuencia a causa del mal manejo y las naturales
emisiones de gas metano (ahí el quid).
¿Cuál es la solución de fondo que tiene entre manos Edgar Olvera? En campaña no
tocó sino de rozón el tema. ¿Estará haciendo alguna negociación con CFE para
dar un giro constructivo de 180 grados al problema? Y es fecha que no aclara
cuáles serán las prioridades fundamentales de su gobierno. Quizá está tomando
el tiempo de sus noventa días para dimensionar la feracidad del tigre que
obtuvo en la rifa. Sería lógico.
Ojalá su solución a este tema en particular sea una que de veras siente las bases para la transformación radical de la calidad de vida de los naucalpenses y la cooperación ecológicamente sustentable con los municipios aledaños y la Ciudad de México que, nos guste o no, seguirá depositando en nuestros espacios su porquería, de la misma estirpe que la nuestra.
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